Viajero incansable y miembro de la comparsa 'Os brasileiros', convirtió su botica de El Carmen en centro del gijonesismo
Su farmacia del barrio de El Carmen era, además de botica, un punto
de encuentro del gijonesismo, el mismo que le inspiró para escribir los
libros en los que dejó plasmada la historia de muchos personajes
populares de la idiosincrasia 'playa' y de 'bajovilla'. Él mismo lo era.
Juan Manuel Mata Suárez murió el sábado a los 89 años después de una
vida polifacética y versátil que le llevó por los cinco continentes.
Viajó mucho, pero siempre regresaba a su casa a Gijón, a despachar
medicamentos y anécdotas.
Cuando se quitaba la bata blanca lo mismo se vestía con el disfraz de
abanderado de la comparsa 'Os brasileiros de Xixón' que hacía la maleta
para recorrer mundo. Cuentan sus allegados que siempre quiso ser
farmacéutico -como sus padres y como sus tíos- y que nunca desterró su
espíritu ávido de conocimiento. Ni en sus últimos días.
Estudió en Madrid y en Santiago de Compostela, se casó con María
Luisa Cardín González y tuvo una hija, Covadonga, quien a su vez
contrajo matrimonio con el también conocido arquitecto Vicente Díez
Faixat. A sus tres nietos, Aram, Agnes y Oriol, les inculcó su pasión
por la vida y por Gijón.
Su farmacia del barrio de El Carmen era, además de botica, un punto de encuentro del gijonesismo, el mismo que le inspiró para escribir los libros en los que dejó plasmada la historia de muchos personajes populares de la idiosincrasia 'playa' y de 'bajovilla'. Él mismo lo era. Juan Manuel Mata Suárez murió el sábado a los 89 años después de una vida polifacética y versátil que le llevó por los cinco continentes. Viajó mucho, pero siempre regresaba a su casa a Gijón, a despachar medicamentos y anécdotas.Cuando se quitaba la bata blanca lo mismo se vestía con el disfraz de abanderado de la comparsa 'Os brasileiros de Xixón' que hacía la maleta para recorrer mundo. Cuentan sus allegados que siempre quiso ser farmacéutico -como sus padres y como sus tíos- y que nunca desterró su espíritu ávido de conocimiento. Ni en sus últimos días.
